Cambios en la piel con la edad

domingo, 11 de noviembre de 2007

Cambios cutáneos por el envejecimiento; Adelgazamiento de la piel con la edad

Definición
Son un grupo de condiciones comunes y cambios que ocurren con el aumento de la edad.

Información
Los cambios de la piel son el signo más visible de envejecimiento. Las evidencias del aumento de la edad incluyen las arrugas y la piel flácida, además del encanecimiento del cabello como signo obvio.
La piel tiene muchas funciones: protege del medio ambiente, ayuda a la regulación de la temperatura corporal y al balance de líquidos y de electrolitos, al igual que proporciona los receptores para las sensaciones como el tacto, dolor y presión.
Aunque la piel tiene muchas capas, en general se puede dividir en tres porciones principales: la externa (epidermis) que contiene las células de la piel, pigmento y proteínas; la media (dermis) que contiene los vasos sanguíneos, nervios, folículos pilosos, glándulas sebáceas y suministra nutrientes a la epidermis.
La capa que está debajo de la dermis (la capa subcutánea) contiene las glándulas sudoríparas, algunos de los folículos pilosos, vasos sanguíneos y grasa. Cada capa contiene también tejido conectivo, con fibras de colágeno para dar soporte y fibras de elastina para dar flexibilidad y fuerza.
Los cambios en la piel se relacionan con factores ambientales, constitución genética, nutrición y otros factores; sin embargo, el factor aislado más importante es la exposición al sol, lo cual es evidente comparando las áreas del cuerpo que tienen una exposición regular al sol con las que están protegidas de la luz solar. Parece que los pigmentos naturales proporcionan algo de protección contra el daño en la piel inducido por el sol. Las personas con ojos azules y piel blanca muestran más cambios en la piel con el envejecimiento que las personas con piel oscura y fuertemente pigmentada.
CAMBIOS POR EL ENVEJECIMIENTO:
Con el envejecimiento, adelgaza la capa externa de la piel (epidermis), aun cuando la cantidad de capas celulares permanecen sin cambio alguno. La cantidad de células que contienen pigmento (melanocitos) disminuye, pero los melanocitos que quedan aumentan de tamaño, de modo que la piel envejecida aparece más delgada, más pálida y traslúcida. Las manchas pigmentadas grandes (manchas por la edad, manchas hepáticas o lentigos) aparecen en las áreas expuestas al sol.
Los cambios en el tejido conectivo reducen la resistencia y la elasticidad de la piel (elastosis) y es especialmente pronunciada en las áreas expuestas al sol (elastosis solar). Esta condición produce la apariencia correosa, deteriorada por la intemperie, común en granjeros, marineros y otras personas que pasan gran parte de sus vidas al aire libre.
Los vasos sanguíneos de la dermis se vuelven más frágiles, lo cual a su vez provoca equimosis y sangrado debajo de la piel, angiomas en cereza y condiciones similares.
Las glándulas sebáceas producen menos aceite a medida que se envejece. Los hombres experimentan una mínima disminución, por lo general, después de los 80 años de edad, mientras que las mujeres producen gradualmente menos aceite después de la menopausia, lo que puede hacer que sea más difícil mantener la humedad de la piel causando resequedad y prurito.
La capa de grasa subcutánea, que facilita el aislamiento y la amortiguación se adelgaza, incrementando el riesgo de lesionar la piel y reduciendo la capacidad de mantener la temperatura corporal. Como hay menos aislamiento natural, en clima frío se puede presentar hipotermia.
Algunos medicamentos son absorbidos por la capa grasa y la pérdida de dicha capa cambia la manera en que dichos medicamentos actúan.
Las glándulas sudoríparas producen menos sudor, haciendo que sea más difícil mantenerse fresco y se incremente el riesgo de hipertermia o de insolación.
Los crecimientos como marcas en la piel, verrugas y otras manchas son comunes en las personas mayores.
EFECTO DE LOS CAMBIOS
A medida que la persona envejece, se incrementa el riesgo de que se produzcan lesiones en la piel, la cual se adelgaza, se vuelve más frágil y pierde la capa grasa subcutánea. Además, se puede disminuir la sensibilidad táctil, sensibilidad de presión, de vibración, calor y frío; de esta manera, la piel envejecida corre un alto riesgo de lesionarse fácilmente.
La fricción o un tirón sobre la piel pueden causar desgarros de la misma y los vasos sanguíneos frágiles se rompen fácilmente. Se puede formar moretones y acumulaciones de sangre planas (púrpura) y elevadas (hematomas), inclusive después de una lesión menor. Esto se observa principalmente en la superficie externa de los antebrazos, pero puede ocurrir en cualquiera otra parte del cuerpo. Los cambios en la piel y la pérdida de grasa subcutánea combinados con la tendencia del individuo a ser menos activo, al igual que algunas deficiencias nutricionales y otras enfermedades favorecen las úlceras por presión.
La auto-regeneración de la piel envejecida es más lenta que la de la piel joven. La curación de una herida puede ser hasta 4 veces más lenta, situación que contribuye a la generación de úlceras por presión e infecciones. La diabetes, los cambios en los vasos sanguíneos, la disminución de la inmunidad y los factores similares también afectan la curación.
PROBLEMAS COMUNES
Los trastornos de la piel son tan comunes en todos los adultos mayores que a menudo es difícil diferenciar los cambios normales de los que están relacionados con una enfermedad. Más del 90% de todas las personas adultas mayores manifiestan algún tipo de trastorno de la piel.
Los trastornos de la piel pueden ser causados por:
Diabetes
Enfermedad hepática
Enfermedad cardíaca
Enfermedades de los vasos sanguíneos como la arteriosclerosis
Estrés
Reacciones a los medicamentos
Obesidad
Deficiencias nutricionales.
El clima, la exposición a químicos industriales y domésticos, la calefacción en la casa, las prendas de vestir, las alergias a plantas y otras alergias, al igual que muchas otras exposiciones comunes pueden causar también cambios en la piel.
La luz solar puede causar elastosis (pérdida de la elasticidad), los queratoacantomas (crecimientos de piel no cancerosos), el engrosamiento de la piel, los cambios en el pigmento como las manchas del hígado y otras condiciones.
Así mismo, la exposición a los rayos solares también ha sido relacionada directamente con los cánceres de piel, incluyendo el epitelioma de células basales, el carcinoma escamocelular y el melanoma.
PREVENCIÓN
Puesto que la mayoría de los cambios de la piel están relacionados con la exposición al sol, la prevención es un proceso de toda la vida. En lo posible, se recomienda:

  • Evitar las quemaduras solares en la medida de lo posible
  • Usar un protector solar de buena calidad cuando se esté al aire libre, aún en el invierno
  • Usar prendas de vestir protectoras y sombreros cuando sea necesario
  • La buena nutrición y líquidos suficientes también son de gran ayuda, pues la deshidratación aumenta el riesgo de lesión en la piel. Algunas veces, las deficiencias nutricionales menores pueden ocasionar erupciones, lesiones cutáneas y otros cambios de la piel incluso sin la presencia de otros síntomas.
  • Se recomienda mantener la piel humectada con lociones y no usar jabones con mucho perfume. No se recomienda el uso de aceites de baño, dado que pueden hacer que la persona resbale y caiga.
  • Humectar la piel es más cómodo y puede hacer que la curación sea mejor.
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REFERENCIAS
MEDLINE. Enciclopedia Médica. http://www.nlm.nih.gov/medlineplus/spanish/encyclopedia.html 2007

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